Huyendo de la soledad

Que maldita que es la soledad que me ha destruido completamente y me ha privado de la esencia pura de la vida, el amor. Esa falta de amor me ha llevado a la más miserable vida. 

Quise huir de la ella, me habían dicho que no era buena amiga, y cuando la empecé a notar que me acompañaba en mis días se convirtió en mi peor enemiga, en la enemiga que tenía pegada a mí, la que mortificaba día y noche. Por eso no dude en salir a la calle y buscar al primero que me diera un poco de calidez a mi piel. Pero eso con el tiempo no me basto, tenía la necesidad de explorar más allá de aventurarme, y porque no de conocer que era el amor. Encontré alguien que me quería, que me cuidaba pero  por miedo a la soledad y a perderle, el miedo jugo conmigo, y yo jugué con él. Disfrace mi miedo a la soledad de amor, y termine cayendo en mi propia trampa enamorándome de él pero ya era demasiado tarde, todo llego a su fin. Él se marchó envenenado de mi juego, y yo me quede con el alma en trizas y con la oscuridad de la soledad que no se aleja de mí y contraatacaba otra vez con más fuerza. 

Esta vez la soledad me castigo con el puño mortal de no creer en el amor. Y sin amor y con soledad me volví fría y dura como una roca, aunque por dentro estuviera hecha de fragilidad, dolor y debilidad. Me prometí a mí misma que sería más fuerte que la mismísima soledad, me olvide de quien era, de donde venía, para vivir una vida que no era la mía, que no era real. Jugué con corazones, pero con cuidado de no dejar que el amor entrara en mí hasta hacerme enloquecer.

 Pero los años iban pasando, y como los años las personas también iban pasando me quede con el alma seca, perdí la esencia del amor y me quede sola, sola completamente, de nada valía ahora vivir de apariencias, de hacerte creer a ti misma,pero más, a los demás que tu mundo es perfecto, que eres feliz que vives como una princesa, que nunca te ha faltado el amor, que siempre has tenido una boca que besar. De que me sirve y de que me sirvió si a día de hoy me dado cuenta que por jugar con el amor él se esfumo para siempre de mí, se extinguió de mi alma. Que lo verdadero esta en los pequeñas cosas de la vida y que a veces esas cosas se aprenden de la soledad.  Y yo siempre luchando contra ella, ahora sé que un poco de ella no viene mal, te enseña y puede ser una gran amiga que te empuja a vivir la vida y aprovéchala.