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sábado, 28 de enero de 2012

Los días ya no huele a él

Las ocho y media llegaron como siempre en el maldito reloj que ella no quería mirar, significaba que era hora de marcharse de aquel lugar donde compartía tardes con él. El sol se escondía en el horizonte que contemplaban, el atardecer dejaba paso a la noche. Y la noche a la despedida dando lugar al dolor.
Mientras tanto su corazón no podía soportar la distancia y los segundos que le distanciaba de él, el dolor se hacia insoportable si no sentía la respiración de él cerca de ella.  La primera sonrisa del día de ella, era por él, a él le debía toda la felicidad que estaba viviendo en esos momentos. Mientras tanto por el día se dedicaba a contar los minutos que le quedaban para poder parar de nuevo el tiempo en la boca que mas amaba.

Un nuevo día, una nueva mañana en la que vivir otra nueva historia, que pasaría a ser la nostalgia en un futuro, de un pasado que quedara atrapado en su mente.Pero un día ya no hubo mas mañanas, ya no hubo mas besos, ni mas caricias. La mirada fría de él presentía el final de aquella locura. Entre el frió de sus palabras mezcladas entre algún que otro abrazo de "todo saldrá bien, he de marcharme, cuídate y se fuerte y sobre todo sonríe"; se puso fin a tantos días, a días de amor, de aventuras, de sonrisas, de anécdotas.
Vio marcar las 9 en aquel reloj, y escucho el desgarrador "hasta luego" que salia de la boca que tanto beso, a la que sentia adición. Observo por ultima vez como él se alejaba de ella, y comprendió que ya no habría mas días envueltos en su olor, que no habría mas atardeceres a su lado y echo de menos alguno que otro día que compartió junto a él.
Ya no hubo mas mañanas, ni mas besos, ni mas llamadas, él desapareció, dejándola una huella imborrable en su corazón, una esperanza que con el tiempo se apagaría lentamente.

Él pasa ahora por aquellas calles que ya no volverán a ser lo que eran, porque ella ya no esta a su lado, porque tuvo que alejarse de su lado sin mas remedio, por quererla mas de lo que debía. No quiso hacerle daño, prefirió sufrir él solo antes de arrastrarla a ella también.
Se pregunta mientras que avanza a través de la calle, que sera de ella, y una suave prisa que acaricia su cara le hace dudar de la realidad, pero no ella ya no volverá, quizás fue lo mejor.

Tonta, ingenua recuerda ahora al pasar por aquellos lugares donde paso tantas horas con él, recuerdos, palabras, imágenes, que tanto extraña. ¿Donde fue aparar todo aquello? Quizás ya en el olvido, quizás el ya no le recuerde, quizás entre otros besos a olvidado los suyos, la olvidado a ella.
Su ojos penetrantes ya no la miraran, su sonrisa ya no le dibujara una sutil sonrisa traviesa y alocada. Su amor se esfumo, se termino como aquella cancion que tanto significo para los dos.

Y en la calle del destino, donde los dos comparten ahora el mismo sentimiento de soledad  sueñan con algun día poder encontrarse.


viernes, 6 de enero de 2012

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